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El Ministerio de Sanidad de España ha dado un paso importante en la lucha contra el ictus al actualizar la Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud (SNS). Esta actualización, que sucede a la versión de 2009, tiene como objetivo un abordaje integral de la enfermedad, desde la prevención hasta la intervención posterior. La estrategia incorpora las últimas evidencias científicas y se alinea con el Plan de Acción Europeo de Ictus 2018-2030.
El ictus es una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en España y Europa, afectando a unas 120.000 personas al año en el país, de las cuales aproximadamente 25.000 fallecen. A nivel mundial, una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida. Aunque suele asociarse con personas mayores, los casos entre los 20 y 64 años han aumentado un 25% en los últimos años, lo que refleja la necesidad de estrategias de prevención más eficaces.
Nueva estrategia
La nueva estrategia de 2024 marca seis líneas prioritarias: la promoción de la salud y la prevención primaria para fomentar hábitos saludables que pueden evitar hasta un 90% de los casos; la prevención secundaria, enfocada en evitar la recurrencia en personas que ya han sufrido un ictus; la fase hiperaguda, con una mejora en la organización y rapidez en el diagnóstico y tratamiento; el tratamiento en unidades especializadas, clave para la recuperación y reducción de la mortalidad; la neurorrehabilitación, fundamental para la calidad de vida después del ictus; y la investigación y formación, para impulsar estudios y capacitaciones que refuercen un tratamiento más actualizado.
Esta estrategia ha sido el resultado de la colaboración entre profesionales sanitarios, asociaciones de pacientes y representantes de las comunidades autónomas. También cuenta con el respaldo del Instituto de Salud Carlos III y el Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC). La actualización está basada en evidencias científicas y orientada a la mejora continua de la calidad asistencial, con un enfoque de salud pública que prioriza las necesidades de los pacientes y sus cuidadores.
Desde la publicación de la primera estrategia en 2009, se han observado importantes avances, como la reducción de la mortalidad y una mayor autonomía de los pacientes. No obstante, el Plan de Acción Europeo de Ictus 2018-2030 advierte que el número de casos sigue en aumento en el continente, subrayando la urgencia de intensificar tanto la prevención como el tratamiento. Entre los objetivos para 2030, la estrategia busca reducir los casos de ictus en un 10% y asegurar que al menos el 90% de los pacientes reciban tratamiento en Unidades de Ictus, garantizando una atención continua y efectiva.
La identificación temprana de los síntomas es crucial para activar el Código Ictus y garantizar una respuesta rápida. Entre los síntomas más comunes se encuentran el dolor de cabeza repentino, problemas de visión, dificultad para hablar o comprender, pérdida de equilibrio y debilidad en rostro, brazos o piernas. Acudir rápidamente a urgencias marca la diferencia, permitiendo iniciar un tratamiento temprano que minimiza secuelas y mejora la recuperación.
En el Día Mundial del Ictus, el Ministerio de Sanidad reafirma su compromiso de trabajar junto a todos los agentes implicados para reducir el impacto de esta enfermedad y asegurar el acceso equitativo a servicios de alta calidad en todo el territorio. La actualización de la Estrategia en Ictus es un paso crucial para enfrentar uno de los principales desafíos de salud pública en España y Europa, con un enfoque que pone al paciente en el centro y busca ofrecer una atención integral y eficiente.