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La budesonida es un medicamento corticosteroide utilizado ampliamente para tratar enfermedades inflamatorias respiratorias, digestivas y nasales. Su eficacia clínica está bien establecida y su perfil de seguridad depende del modo de administración y la duración del tratamiento.
Usos médicos y presentaciones
En su forma inhalada, la budesonida es esencial para el manejo del asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Reduce la inflamación en los bronquios y mejora la función respiratoria. También se utiliza como aerosol nasal para tratar rinitis alérgica estacional, perenne y pólipos nasales.
En cápsulas de liberación modificada, está indicada para el tratamiento de enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la colitis microscópica.
La budesonida se presenta en inhaladores de polvo seco, suspensión para nebulizador, cápsulas orales y aerosoles nasales. La elección depende del diagnóstico y la edad del paciente.
Dosis y administración
La dosis inhalada varía entre 0,25?mg y 2?mg al día, ajustándose según la gravedad y la respuesta del paciente. En adultos con asma moderado se recomienda una dosis diaria de entre 0,5?mg y 1?mg, en una o dos administraciones.
Para tratar la enfermedad de Crohn activa, se recomienda administrar 9?mg de budesonida oral al día. El tratamiento debe mantenerse durante un periodo limitado, generalmente no superior a ocho semanas. En el caso de la colitis microscópica, la dosis inicial puede ajustarse a la baja una vez que el paciente muestra mejoría.
Por otro lado, en la administración nasal, se aplican uno o dos aerosoles en cada fosa nasal al día. Es importante inclinar ligeramente la cabeza hacia adelante durante su uso y evitar que el producto entre en contacto con los ojos.
Efectos secundarios frecuentes
Con el uso inhalado, pueden presentarse irritación de garganta, disfonía, tos seca o candidiasis oral. Estas molestias se minimizan si el paciente enjuaga la boca con agua tras cada dosis.
En tratamientos prolongados, especialmente a dosis altas, existe riesgo de efectos sistémicos como glaucoma, cataratas, disminución de la densidad ósea o supresión adrenal.
La budesonida oral puede producir dolor abdominal, náuseas, cefalea o fatiga. En menor proporción, se han reportado insomnio, ansiedad o aumento de la presión arterial. Los niños y adolescentes requieren seguimiento especial debido al posible retraso en el crecimiento con uso prolongado.
Recomendaciones y precauciones
Este fármaco debe usarse siempre bajo indicación médica y a la dosis mínima eficaz durante el menor tiempo posible. No debe interrumpirse de forma brusca si ha sido utilizado durante varias semanas seguidas.
Está contraindicado en pacientes con infecciones fúngicas, virales o bacterianas sin tratamiento. Las personas con enfermedad hepática, úlceras, osteoporosis o antecedentes oculares deben tener especial precaución.
Durante el embarazo y la lactancia, debe valorarse su uso cuidadosamente. La budesonida atraviesa la placenta, pero estudios en inhaladores no han mostrado efectos adversos significativos.
Conclusión
La budesonida es un corticoide de acción local con beneficios demostrados en enfermedades inflamatorias crónicas. Su eficacia depende de un uso adecuado, regular y controlado. Con una correcta indicación y supervisión médica, su uso puede mejorar sustancialmente la calidad de vida de personas con asma, rinitis, enfermedad de Crohn y otras patologías inflamatorias.