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Buscapina es un medicamento antiespasmódico que contiene butilescopolamina. Su función principal es aliviar cólicos generados por contracciones del tubo digestivo, las vías biliares o el tracto urinario. También se utiliza en dolores menstruales intensos y como coadyuvante en procedimientos médicos que provocan espasmos viscerales.
Actúa bloqueando los receptores muscarínicos de la acetilcolina en la musculatura lisa. Esto produce una relajación casi inmediata del músculo afectado y una reducción del dolor. Por eso, se indica en cuadros de dolor espástico abdominal, cólicos renales o biliares y espasmos en enfermedades intestinales.
¿Cómo y cuándo se debe tomar?
En adultos y niños mayores de 6 años, la dosis habitual es de 10?mg cada 6 a 8 horas. Puede repetirse hasta cinco veces por día, sin superar los 100?mg diarios. El comprimido debe ingerirse entero, con ayuda de agua, y sin masticar. Siempre debes acudir a un médico especialista para ingerir este tipo de medicamentos.
No se recomienda en menores de seis años, ni debe combinarse con bebidas alcohólicas o sedantes sin indicación médica. Las personas con antecedentes de arritmias, glaucoma, miastenia gravis o hipertrofia prostática deben evitar su uso o recibir un seguimiento cercano.
Existen formas inyectables de uso hospitalario. También hay una versión compuesta (Buscapina Compositum), que combina la butilescopolamina con metamizol sódico. Esta asociación potencia el efecto analgésico, especialmente en cuadros cólicos severos.
Efectos secundarios y precauciones
Entre los efectos adversos más comunes se incluyen sequedad de boca, visión borrosa, taquicardia leve y dificultad para orinar. Algunos pacientes pueden experimentar estreñimiento, enrojecimiento facial o disminución de la sudoración. En raras ocasiones se han reportado reacciones alérgicas, dificultad respiratoria, disminución de la presión arterial o alteraciones neurológicas como mareos o somnolencia. Ante cualquiera de estos síntomas, debe suspenderse el tratamiento y buscar atención médica.
No se aconseja su uso en el embarazo, especialmente durante el primer trimestre. En la lactancia, se recomienda una evaluación individual del riesgo-beneficio. Tampoco se recomienda su administración continua durante varios días sin indicación médica específica.
Este medicamento no trata la causa de fondo del dolor, sino que alivia sus síntomas. Por ello, si el dolor abdominal persiste, empeora, o aparece acompañado de fiebre, vómitos o sangrado, se debe consultar al médico de inmediato.