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En los tratamientos respiratorios, los mucolíticos como la acetilcisteína se han consolidado como aliados fundamentales. Flumil, uno de los más conocidos, destaca por su acción rápida y eficaz. ¿Cuándo se recomienda? ¿Cómo se administra? ¿Qué precauciones hay que tener? Este artículo analiza a fondo su uso, mecanismo de acción y consideraciones clínicas.
¿Qué es Flumil y para qué se utiliza?
Flumil 100 mg/ml es una solución inyectable que contiene acetilcisteína como principio activo. Esta sustancia actúa como mucolítico, es decir, ayuda a disolver y expulsar el moco espeso. Está indicada como tratamiento adyuvante en diversas enfermedades respiratorias con exceso de secreciones bronquiales.
Entre sus usos principales se incluyen:
- Bronquitis aguda y crónica
- EPOC y enfisema
- Complicaciones pulmonares de la fibrosis quística
- Bronquiectasias
- Maniobras diagnósticas como broncoscopias
- Complicaciones respiratorias postquirúrgicas o asociadas a traqueotomía
Puede emplearse tanto en adultos como en niños mayores de 2 años.
Formas de administración y dosis recomendadas
Flumil se puede administrar por diferentes vías, dependiendo del caso clínico. Las principales formas son por inhalación, intramuscular o intravenosa. También se puede aplicar por vía endotraqueobronquial.
Inhalación por nebulización
En adultos y niños desde los 12 años: una ampolla de 300 mg, una o dos veces al día.
En niños de 2 a 12 años: la misma dosis, si el niño coopera, durante 5 a 10 días.
Vía intramuscular o intravenosa
En adultos y mayores de 12 años: una ampolla de 300 mg, una o dos veces al día.
En niños entre 2 y 12 años: media ampolla (150 mg), también una o dos veces al día.
La duración del tratamiento debe adaptarse a la evolución clínica del paciente. Suele oscilar entre 5 y 10 días, aunque puede prolongarse si el médico lo considera necesario.
¿Cómo actúa la acetilcisteína?
La acetilcisteína reduce la viscosidad del moco. Lo consigue rompiendo los enlaces químicos de las glucoproteínas mucosas. De esta forma, facilita la expulsión del moco y mejora la respiración.
Además, tiene un efecto antioxidante. Protege las células del tracto respiratorio frente a radicales libres y toxinas. También favorece la producción de glutatión, una sustancia esencial para la defensa celular.
Precauciones importantes antes de usar Flumil
Aunque es un medicamento seguro, Flumil no debe administrarse a niños menores de 2 años. Tampoco en personas con alergia a la acetilcisteína o a alguno de sus excipientes.
Durante el tratamiento puede aumentar el volumen de moco. Si el paciente no puede expulsarlo por sí mismo, puede necesitar broncoaspiración o drenaje postural.
La administración intravenosa debe hacerse con precaución. Puede provocar reacciones adversas si se inyecta demasiado rápido o en dosis elevadas.
Casos especiales: asma, embarazo e intolerancias
Las personas con asma bronquial deben estar bajo control médico estricto durante el tratamiento. Existe riesgo de broncoespasmo o reacción alérgica.
También se recomienda precaución en pacientes con antecedentes de úlcera gástrica o intolerancia a la histamina.
En el embarazo y la lactancia, su uso debe estar supervisado por un médico. Aunque no se ha demostrado toxicidad, la información disponible sigue siendo limitada.
¿Con qué medicamentos no debe combinarse?
No se recomienda usar Flumil junto a antitusivos. Suprimir el reflejo de la tos podría empeorar la acumulación de secreciones.
También debe evitarse la administración conjunta con nitroglicerina, ya que puede causar hipotensión severa y cefalea.
Flumil puede alterar ciertas pruebas analíticas, como las que detectan cetonas en orina o niveles de salicilatos.
Reacciones adversas: qué vigilar
Como todo medicamento, Flumil puede causar efectos secundarios. Los más comunes son náuseas, vómitos, urticaria, disnea y erupciones en la piel.
En algunos casos, se han reportado reacciones anafilactoides graves, sobre todo con la administración intravenosa.
Aunque muy raras, existen reacciones cutáneas graves como el síndrome de Stevens-Johnson. Ante cualquier alteración en la piel, debe suspenderse el tratamiento inmediatamente.
¿Qué hacer en caso de sobredosis?
No se han descrito casos de sobredosis por vía inhalada. En cambio, por vía intravenosa, los síntomas pueden ser similares a las reacciones alérgicas graves.
El tratamiento consiste en detener la administración y aplicar medidas de soporte. No existe un antídoto específico, aunque puede recurrirse a diálisis en situaciones extremas.
Consideraciones finales sobre el uso de mucolíticos
Flumil y otros mucolíticos a base de acetilcisteína son herramientas eficaces para aliviar la obstrucción bronquial. Sin embargo, su uso debe estar siempre supervisado por profesionales sanitarios.
La correcta indicación, dosis y duración del tratamiento son clave para evitar complicaciones. Además, su eficacia es mayor cuando se combina con otras medidas como la fisioterapia respiratoria o el control de enfermedades subyacentes.