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Cuando la depresión dificulta el día a día, lo esencial es recuperar el equilibrio con un plan seguro y personalizado. En ese contexto, la vortioxetina puede ser una opción eficaz indicada por el psiquiatra o el médico de familia. A continuación, explico en lenguaje claro cómo actúa, qué reacciones pueden aparecer y cuándo suele notarse la mejoría, basándome en la ficha técnica y guías clínicas reconocidas.
¿Cómo funciona la Vortioxetina en el cerebro?
Actúa modulando varios circuitos de la serotonina: inhibe su recaptación y, además, modula receptores (5-HT1A agonista, 5-HT3 y 5-HT7 antagonista, entre otros). Esta combinación puede mejorar el ánimo y ciertos síntomas cognitivos (atención, velocidad de procesamiento). Se toma una vez al día, con o sin comida; la dosis habitual oscila entre 10 y 20 mg según respuesta y tolerancia médica. No se recomienda combinarla con IMAO ni iniciar/retomar sin respetar los periodos de lavado indicados por el profesional.
¿Qué efectos secundarios comunes se pueden esperar?
Lo más frecuente es náusea leve y transitoria, especialmente al inicio. También pueden aparecer mareo, insomnio o somnolencia, estreñimiento y prurito; suelen disminuir con los días. Frente a otros antidepresivos, el riesgo de disfunción sexual puede ser menor, aunque no nulo. Signos que requieren consulta urgente: agitación intensa, fiebre, sudoración y rigidez (posible síndrome serotoninérgico), ideas autolesivas en las primeras semanas o cambios bruscos de conducta. Si hay embarazo, lactancia, enfermedad hepática o uso de anticoagulantes, hay que individualizar el tratamiento con el médico.
¿Cuándo se empiezan a notar sus efectos?
Los primeros cambios suelen percibirse entre 1 y 2 semanas, con mejoría clínica relevante a las 4–6 semanas de tratamiento continuado. Mantener la toma diaria y acudir a revisiones permite ajustar dosis y manejar efectos adversos. Tras la remisión, se aconseja continuar varios meses para consolidar la recuperación y prevenir recaídas, siempre bajo supervisión. Si no notas avance o los efectos molestan, no suspendas por tu cuenta: habla con el profesional para valorar ajustes o alternativas. Tu plan debe ser seguro, gradual y centrado en tu bienestar.